El pleno del Senado de la República debatió el caso del hijo del presidente López Obrador y su casa en Houston en medio de acusaciones de corrupción entre legisladores de oposición y morenistas, lo que derivó en que al final la mayoría oficialista rechazara un punto de acuerdo para que la Fiscalía General de la República (FGR) y la Secretaría de la Función Pública (SFP) investigara los contratos de Pemex y la empresa Baker Hughes por un presunto conflicto de intereses de la familia presidencial.
Con 62 votos en contra de que se aprobara el punto de acuerdo y 42 en favor del exhorto a FGR y SFP, se rechazó la propuesta, todo ello en el marco de una sesión que derivó en insultos personales entre senadoras de Morena y del PAN.
Fue una larga sesión, con una pausa de casi cuatro horas para lograr un acuerdo para reglamentar el debate, luego de que senadores del PAN instalaron una réplica de policarbonato de la residencia de Houston, lo que derivó en el malestar de legisladores de Morena, quienes exigieron retirarla, lo que al final ocurrió.
El coordinador de Morena, Ricardo Monreal, en tribuna, aseguró que ese partido no rehúye al debate y defendió la integridad del gobierno de López Obrador.
La panista Kenia López, promotora del punto de acuerdo, argumentó que México está cansado de la corrupción y desilusionado de este gobierno.
Claudia Anaya, senadora del PRI, expuso que el problema es la hipocresía de una austeridad republicana, porque “ese chamaco no había trabajado 40 años y aparece en esa casa”.
Exhortó a todos los senadores, incluidos los de Morena, a votar porque se haga una investigación si hubo o no conflicto de intereses, “por el bien de la investidura presidencial y por el bien de la familia presidencial”.
Juan Zepeda, de Movimiento Ciudadano, dijo que ese partido jamás hemos sido comparsas de los que firmaron el Pacto por México ni de otros que están gobernando actualmente, pero “no puede un presidente defender a un hijo que de la nada puede vivir en casas como esta” por lo que “no podemos hacer condenas, ni defensas a ultranza. Se tiene que investigar, sin duda alguna”.
Emilio Álvarez Icaza, del grupo plural, dijo que existen elementos de un posible conflicto de intereses y tráfico de influencias porque Pemex aumentó los contratos de 66 a 346 millones, casi cinco veces, coincidentemente a la empresa que le rentó al hijo del presidente.
La senadora por Morena, Bertha Alicia Caraveo, acusó al PAN y a la oposición de estar desesperados porque van a perder las próximas elecciones y dijo que “ustedes no están con la prensa de a pie, están con la prensa corporativa que realiza montajes, montajes como el que pretenden hacer en este pleno”, ello en alusión a la réplica de la casa gris.
Incluso les envió un abrazo y su solidaridad a José Ramón López Beltrán y su familia, así como concluyó su intervención con la arenga “es un honor estar con Obrador…” a la cual se sumaron el medio centenar senadores morenistas.
La exmorenista y ahora panista, Lilly Téllez, logró encender la gritería de los morenistas cuando se burló de ese apoyo.
La senadora morenista, Martha Lucía Micher, lamentó que se creó una nueva línea de ataques contra el hijo del Presidente y dijo que no hay tráfico de influencias. “Es un tema personal que no tiene nada que ver con la agenda pública o con el poder público presidencial” porque “no es de interés público conocer la empresa, ni nada”.
Héctor Vasconcelos, diplomático de carrera, senador guinda, conciliador, dijo en tribuna que cualquiera estaría orgulloso de tener esos hijos por lo que mientras no tengamos evidencias de un delito, no es válido cuestionar la integridad de José Ramón López Beltrán quien está atrapado entre los derechos partidistas y quienes se oponen a la transformación del país.