Las transferencias directas de dinero por parte de los gobiernos no ayudan a solucionar los problemas de desempleo y pobreza en las naciones. por lo que se requieren estímulos directos e intervenciones agresivas en épocas de recesión, consideró Paul Romer, Premio Nobel de Economía de 2018.
Los sistemas de estímulos requieren una intervención más directa, la cual podría ser útil y más agresiva para que las personas regresen a trabajar durante una recesión». dijo durante el evento Amafore Encuentro Digital.
Como ejemplo mencionó que si una persona recién egresada de la universidad quiere tomar un trabajo se puede ofrecer subsidios en donde el gobierno pague la mitad del salario de un empleado, ello generaría empleo y capital.
“En vez de realizar transferencias de efectivo a la población, lo que yo recomendaría es establecer subsidios para trabajadores de bajos ingresos”.
“Al inicio estas personas tendrán pocas habilidades, pero con el tiempo irán mejorando y escalando, pero para eso necesitan una oportunidad».
Explicó que es importante catalogar lo que es un trabajo e incentivarlo, como considerar que la crianza de un hijo o el cuidado de un adulto mayor es un trabajo y se podría dar un ingreso por ello.
El punto es incentivar el trabajo porque simplemente dar transferencias es una forma de rendirse y asumir que la gente no producirá nada», expresó.
Durante su presentación “El futuro de la economía”, Romer también consideró importante y necesario crear incentivos para que todas las innovaciones tecnológicas sean accesibles para quien quiera hacer uso de ellas.
Sostuvo que se pude innovar gracias a nuevos mecanismos que, si están disponibles para la sociedad en general, permitirán tener oportunidades para generar más ideas que impulsen el desarrollo en beneficio de todos.
Para el economista, una de las formas más importantes de innovar que tienen los gobiernos es a través de las políticas públicas y las decisiones que toman para impulsar las ideas e innovaciones que su gente y sociedad proponen.
En ese sentido, reconoció a México por el modelo de inversionistas involucrados en el sistema de pensiones, como un elemento fundamental para acelerar la innovación, sin importar la industria a la que dirijan sus capitales.
“Se puede aprender de la regulación del sistema de pensiones en México, que le da un papel al sector privado para que haga un trabajo saludable en el sector finanzas, es decir, los países pueden aprender unos de otros en materia de innovación», comentó.
Finalmente, Romer recomendó la implementación de un impuesto fijo a las grandes empresas tecnológicas como Google y Facebook, en los países donde operan, como México.
La propuesta es que paguen 35 por ciento de sus ingresos anuales en este impuesto, cerca de 20 mil millones de dólares; sin embargo, no lo hacen y concentran más el mercado, lo que impide el crecimiento de otras empresas que pertenecen al sector tecnológico.